sábado, 17 de abril de 2010

Racconto degli giorni

1. días que pasan por no volar. oscuridad de una habitación que no tiene cortinas, sino de esas vainas de hierro que no sé cómo llamar, como los negocios. Eso me produce una sensación de oscuridad que no tiene parangón. la carencia de cortinas y la ubicación del depa en una avenida me da cierta sensación de vulnerabilidad, de estar a expensas de todos los parroquianos que transitan por esa calle, de todos los coches que pasan, víctima del flujo. deprime, deprime, y deprime estar a oscuras a las 10 de la mañana, no mirar en el entresueño con el rabillo de tu ojo el amanecer, e ir tanteando inconscientemente la hora en que despiertas. eres un muñeco onírico y triste que sólo quiere dormir, y al despertarse chatear, revisar redes sociales, responder correitos, ver videos de youtube. vagar, tan feamente.

2. ganas de escribir. el otro día me compré en Carlín, de Gran Vía, un cuadernito baratieri pero de tapa dura, lindo, para seguir vomitando letras a mi estilo habitual, que es el estilo de casi casi todo el mundo. caminando terminé en la latina, en un coquetísimo bar, lleno de decoración vintage que podría hacerlo digno de algún encuentro con alguna arty. me pedí una copa de vino y luego un café. había pensado en retomar el proyecto de escribir la odiosa novela total que me ha estado persiguiendo desde hace 10 años, e intenté plasmar algunos puntos. no me salió. creo que tengo que descender a las profundidades de aquello, sumergirme en una piscina de lujosa mierda, hacer que surja la pregunta "¿la he olvidado totalmente?" (porque lo que he hecho, solamente, es cerrar la puerta y colocar la basura, su basura, y la mía, por debajo de la alfombra). también varias aristas, las implicancias legales, la necesaria exploración grishamiana... esto es un tema de expertos, una bomba que no cualquiera puede manipular, sino sólo una UDEX personal, especializada. Delicada. Panic attack. al final escribí algo que no me satisfizo, estaba siendo forzada a escribir, por esa mujer agenda con pretensiones meticulosas, que me agrede y me invade de vez en cuando. nada fluia.

3. ganas de tirar. ganas de ir a paso lento. vine a aquí porque en mi país de orígen no hay mercado. no hay carne femenina. ¿y qué he conseguido? no ligar ni a las macetas. hay un mundo allí detrás, trascendiendo las vistillas, que puede resultar prometedor. pero puedo igual encontrarla en barcelona, debajo de las piedras, siendo voluntarias en sierra leona (?), avistando ovnis desde el techo de alguno de estos edificios ladrillosos, conocerla en algún esporádico viaje a Lima, quizás en el avión, plantearme ya el regreso claudicante pero amoroso, vernos en el espejo y pensar que eso no progresará por la homofobia imperante, sentir que todo es frustración. o sea move your ass now baby. y no seas tan tremendista, for pavor, que duele.

4. en lavapiés me encontré con una amiga, para tomarnos un café expresso de pena durante 20 minutos. es una zona simpática, que motiva, que abraza con olores multiculturales, aromas universales, reducto de una verdadera globalización en terreno castizo. recorrer lavapiés es recorrer las palabras de Sabina cuando insiste en la fascinación que produce. el locutorio del de sudán, las teterías egipcias maravillosas, el sin fin de centros culturales de iniciativa propia. pero también el marroquí con chuzo que abiertamente le dice a la chata con minifalda que está muy linda ("eh") y que la va a poner a gozar abarajándole la bañera, nena. las incursiones de la policía municipal con pretensiones de serie policial llevándose al mantero enmarrocado a la dependencia respectiva o controlando in situ un posible episodio de violencia marital. un colombiano y un peruano exhibiendo su pseudo latinidad con un equipo de sonido de aquellos antiguos (un minicomponente) lleno de stickers brillosos y dañinos a la vista y emitiendo la música latina de la que escapé hacia una vida mejor. las belgas o francesas medio yonkis que se aman sentadas en uno de los bancos donde pasa la vida de otros que carecen de un permiso de trabajo en vigor y que han renunciado a ser seres de hierro porque no pueden ser seres de papel. lavapiés, ¿modelo de integración?. seduce la posibilidad de adentrarse en ese globo terráqueo en el que se ha convertido este pedazo del corazón de madrid.

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