miércoles, 7 de abril de 2010

nuestros amigos no son nuestros amigos

son amigos de los anhelos de la vida misma. lo dijo khalil gibrán khalil, en un bosque olvidado, quizá profundamente drogado...y lo traigo a colación en este marzo-abril de rupturas. como latigazos, balazos. adioses.

yo estoy rompiendo con mis amigos de la forma en que rompo con las parejas. con las pocas parejas que he tenido. si no hay amistad después del amor, dudo mucho que haya amistad después de la amistad. es un auténtico absurdo. entonces todo se vive intensamente, el cariño se expresa, se bebe de los momentos de la manera más focalizada, más suave y a la vez intensa, más sentida, como si mañana nos muriéramos porque sí, porque mañana también ellos pueden desaparecer.

y sigues estando sola, te vas dando cuenta, a través de estas grietas, de tu soledad profunda. pero pasas la página, más ángeles, más hermanos escogidos, más gente que te rodea. es casi canceroso: desaparece uno y te salen tres, cuatro, cinco más. es como si se liberara tu agenda para un refill de energía. es, nuevamente, la lógica de la muerte que rodea la vida, que abraza tus penas, que entristece, que permite sacar conclusiones.

es esa lógica de la muerte la que prevalece cuando queremos protegernos de rupturas: "pero si ayer Juan conversó conmigo en el gimnasio, en el pasillo, y ahora lo veo allí, enjuto en el ataúd". "pero si ayer me dijo que me amaba, se despidió con un chiquita linda y a la mañana siguiente me dijo que ya no más". es así la huevada. el otro día pensé en la forma despiadada y asquerosamente similar en que aplico esta técnica también para los amigos. a veces me siento injusta y otras profundamente justiciera, ceñida a un código moral personal muy complejo y farragoso a veces pero muy estricto. otras, psicoanalíticamente, pienso que sencillamente, al haber renunciado (digo) a las relaciones estables porque nadie me las puede ofrecer (y quizás yo tampoco), y debilitadas mis relaciones familiares, he trasladado esos afectos a los amigos, donde las rupturas, como no, tienen que ser a la usanza sentimental. emo, radical.

no me quiero sentir culpable ni avergonzada de ser radical. de querer protegerme a través del cierre de mis puestos fronterizos a determinadas personas. me quiero sentir parte de este mundo cambiante aunque sea un cristalito frágil que quiere protegerse de las enemistades ocultas, de los golpes bajos de quienes dicen que te quieren, de perros y de hortelanos. son años, años de sufrimiento. durante todo este tiempo, siempre la mano amiga, la oreja dispuesta a escucharte, las caminatas y los parques infinitos. pero tiene que pasar el tiempo para soltarnos las verdades, las verdaderas verdades, dejarlas caer desde un cielo gris del que cae granizo y odio...tenemos que tener las armas para contrarrestar todo el dolor que chorrea como sangre. pasar la página y pretender que no ha sucedido nada. mirar adelante a paso firme y con la frente muy en alto, para no desfallecer. se van unos, vienen otros, vienen otros, god save the changes.

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