viernes, 19 de marzo de 2010

hold me now

eres un omniedro, tienes caras que no dejan de aparecer y yo en el espejo sola. no quiero amarme ni quiero amarte, parece ser la revelación psicoanalítica al salir de la sesión imaginaria de rigor. te imagino de mil caras, eres la chica caripintada del anuncio de telefónica, con ojos felinos y sonrisa dulce, eres la chica que escapa de las fieras o viceversa, eres la que vomita al oler el quemadito de las fallas o el concolón de la paella mais grande do mundo financiada por el erario municipal de la jurisdicción en la que vives. y yo en el espejo sola, mientras escribo y veo este display blogger de creación de entradas, me miro en el espejo, sola, viernes 2am, acariciando un sueño que aún no concilio sin la ayuda del morfeo encapsulado, que cuando se fue, la semana pasada, viví la angustia, la pesadez de la realidad que se acumula por las noches: sola, sola, y más sola. en carne viva. así es el amor, el amor es morfeo encapsulado en una fiesta de disfraces. es morfeo metido en una cápsula y disfrazado de cupido. cuando se nos acaban las pastillas volvemos a la soledad, a la angustia de estar vivos.

los hombres solos tenemos que pepearnos.

mientras esperamos más mentiras que nos alimenten.

mientras te espero en la estación de auto-res de Valencia y tu pasas drogada, con tu novia, y de mí.

mientras me esperas en la T4, justo cuando estás partiendo de regreso, y tu frustración explota al no ver el símbolo de cartita en tu móvil porque soy una perra.

mientras me esperabas en Lima al lado de tu nueva novia, sin saber qué hacer.

mientras nos esperábamos en una isla panameña y tú seguías sacándote las liendres no muy lejos del periférico defeño.

mientras esperaba vencer mis miedos y el asco de estar en una Lima que se iba, con chorros de sangre y a propulsión, cuando tú, atravesado el pánico y Comandante Espinar, podías ser el leve solaz a mis complicaciones, y ahora es seguro que ni recordarás que una noche gris de julio hablamos de Quim Monzó entre un pie de manzana y un té con cuya factura separo El Principito, libro que releo y que también compré en tu presencia.

mientras esperaba vivir contigo y amarte plenamente (porque así lo había decidido), que renuncies a la absurda aventura heterosexual donde crees ser felíz, y lo que me diste fueron espárragos crudos, una lata de aceite, y kilómetros de traición.

mientras soñaba, simplemente, con regresar a casa en la misma combi que tú, mirar tus piernas y escuchar el canturreo de tu voz.

omniedro, me voy a dormir. ¿me abrazas?.

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