jueves, 25 de marzo de 2010

Tu ego te ha salvado

romper las barreras de la mentira mundana. romper, simplemente romper con lo aparentemente impenetrable. pero luego quedarte sin letras como si te quedaras sin nutella: porque ese es el mundo, que te hace mudo. luego te toca un jesús peregrino en la frente y te dice libérate, tu ego te ha salvado, tú, emo, te has salvado. levántate y anda, camina, no mires a los costados, concéntrate. tu fuego te ha salvado, camina entre las piedras, desángrate. entrégate a los demás pero no olvides la idea fundamental: ocuparse de uno mismo, enfocarse en uno mismo, es el acto de generosidad más bello que existe, preocuparse de lo que hace el resto y de lo que dice el resto es extralimitarse, ir más allá de las propias capacidades. es ser, indeed, egocéntrico. el sistema, si es que existe, si es que ese es el nombre con el que hay que designar el tinglado acechante utilizado para complicar el mundo, y la vida, nos ha hecho creer, históricamente, que auto-marginarse está bien, o, cuando menos, queda bien. y quedar bien es estar bien, es ser buenito, es no haber mordido la manzana ni haber cometido el peor de los pecados: la soberbia. no te ames, que la palabra final respecto de lo que vales está en manos del sistema. insubordinarse es pretender birlarse el fruto prohibido, reservado por las jerarquías para los nobles de casta.

lo dicho... qué de moda está el egocentrismo colectivo, que ha parido tantas calamidades...

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